
Llegar a lagos, payasos de verdad, teatro de verdad, actores de verdad, mucha gente, muchos niños y muchos juguetes, bailar y cantar con el corazón, reírse de todo todo, hasta de lo más feo, de lo horrible... Ser feliz por encima de todo. Pero no soy actriz, ni soy un payaso de verdad, no sé separarme de lo que siento, y entrar a un escenario, dejarlo todo y salir como nuevo. No sé hacer eso, por que no soy un payaso de verdad. Me decepcioné, me sentí triste y abandonada, y el circo se sentía igual. Mi circo... el de todos, se sentía raro. Chale.
Ese día, mi nariz roja tapaba lo que queria decir, me sostenía y gritaba:
baila!, canta!, toca!, brinca!
Ya no podía. Pero verlos a todos que nos esperaban, tantisimos niños!,
y baile y brinqué hasta que se acabó.
Grite y canté todo el repertorio, con toda sinceridad,
pero creo que lo hubiera podido hacer mejor...
Ya sé porqué los circos son de familias.
Porque creo que siempre sabes que puedes contar con tu familia.
Pero no somos un circo de verdad.
Ni yo un payaso de verdad.
.a veces pienso que todo es mentira.
.hay tantas cosas de mentiras aquí.
que duran tan poquito y no valen la pena
sonrisas tan efímeras y tan vacías,
que dan pena.
No quiero mi circo así otra vez
no así, estoy como triste,
como decepcionada.
Feliz día mundial del diseño.
No, no hablaré de la influenza, o epidemia o pandemia o gripe aviar, o paro total, o cierre de fronteras, ni de escasez de tapabocas o de antibacteriales, ni de esas cosas por que también estoy hasta el tupé de malas noticias. Además las malas noticias nunca tienen buen timming, así como los comentarios imprudentes y llenos de estupidez de las personas que no estan enteradas de lo que hago y critican mi labor altruísta en Circo Calle. ¡Primero lea un poco acerca del tema, y asegúrese de tener el cerebro conectado antes de abrir la boca!